La Morfometría en la taxonomía botánica: diferenciando especies cercanas
En botánica, diferenciar especies no siempre es cuestión de colores llamativos o flores espectaculares. A veces, la variación se esconde en detalles casi invisibles: una espiguilla más larga, una arista más curvada, una proporción distinta en la hoja. Ante estas sutilezas, los estudios morfométricos se convierten en una herramienta esencial para que la taxonomía avance.
Los estudios morfométricos: claves para la botánica
Consisten en revisar caracteres cuantitativos —longitudes, anchuras, números de pares de espiguillas— y cualitativos –coloración, pelosidad, forma de las lígulas- y analizarlos estadísticamente para detectar patrones objetivos.
Para realizar las mediciones se utiliza una lupa binocular, una regla metálica milimétrica con un rango mínimo de 0,5 mm, unas pinzas, una aguja de disección y un transportador de ángulos.

Con todos los datos recogidos del máximo número de ejemplares, para encontrar diferencias o similitudes es conveniente realizar un Análisis de Componentes Principales (PCA, por sus siglas en inglés) a partir de la matriz de datos obtenida con el software estadístico R. Este análisis permite establecer diferencias en caso de que existan e incluso localizar híbridos entre los ejemplares.
En familias como las gramíneas, donde los límites entre especies suelen difuminarse, este enfoque es especialmente valioso.
El estudio morfométrico en la familia Poaceae se puede realizar tanto en ejemplares en fresco como en pliegos de herbario dada la resistencia de sus estructuras. Los caracteres diagnósticos se conservan bien tras incluso décadas depositadas en herbarios.
Entidades que históricamente han sido consideradas la misma especie, como sucede con los representantes mediterráneos del género Hyparrhenia (Hyparrhenia hirta e H.sinaica), han podido evidenciar sus diferencias gracias al estudio morfométrico de sus caracteres diagnósticos.


La revolución de la taxonomía: los estudios genéticos
Aunque ya hemos visto que la morfometría es una buena herramienta para cuantificar y diferenciar rasgos morfológicos entre especies semejantes, debemos destacar los estudios genéticos. Técnicas como la secuenciación de ADN, los marcadores moleculares (SSR, AFLP, SNP) y los análisis filogenéticos permiten identificar relaciones evolutivas y separar especies que son morfológicamente muy similares o crípticas.
La combinación de datos morfométricos y genéticos ofrece un enfoque integral:mientras la morfometría documenta cómo se expresan las diferencias, la genética confirma la identidad de las especies y aclara sus vínculos evolutivos, fortaleciendo la base científica de la clasificación botánica.
La morfometría permite cuantificar de manera objetiva los rasgos morfológicos de las plantas, transformando observaciones sutiles en datos sólidos para su análisis taxonómico.


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